Quizás la última ocasión en que Hillary Diane Rodham Clinton, la todavía
hoy secretaria de Estado estadounidense, sufrió las angustias de ese
cargo fue el pasado 7 de octubre de 2012. Seguramente hacia las 8 de la
noche (hora de Washington) ya había sido informada la señora Clinton del
fracaso de su Departamento de Estado en su propósito de abrir –con
cuantiosos recursos–el camino de su ahijado Henrique Capriles hacia el
palacio presidencial en Venezuela.
http://www.voltairenet.org/article176609.html
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