viernes, 1 de marzo de 2013

HISTORIA DE UNAS RELACIONES SECRETAS: PAIS VASCO VERSUS ESTADO DE ISRAEL



ETA y el PNV buscan apoyo militar en el estado judio

Claves y conexiones del poder judio y el Sionismo Internacional como creadores del terrorismo etarra y el “Estado Nacional Vasco”

Las relaciones y contactos entre Euskadi e Israel son antiguas. El nacionalismo vasco siempre ha teni­do una gran admiración por el pueblo judío y los logros alcan­zados por el Estado de Israel. Se considera que existen muchas similitudes: tienen una lengua propia, un carácter étnico, unos símbolos, una historia y, ante todo, una profunda identidad nacional. Durante la ocupación nazi de Francia la resistencia vasca, a través de sus enlaces, los jefes de cadena de pasos fronterizos y en relación con los aliados, consigue pasar por la muga (fronte­ra) a muchos judíos. Incluso se realizan operaciones de rescate, por ejemplo en el campo de concentración de Gurs, que permi­ten la liberación de algunos hebreos detenidos a través de un túnel subterráneo que excavan vascos desde el exterior. Más tarde, entre 1947 y 1953 un gran número de marineros vascos, más de un centenar, son contratados por la Haganah y la Agencia Judía, en Marsella y París, para participar en la aliyah beth (inmigración clandestina judía) a Palestina.

Estas contrata­ciones tienen el visto bueno de la delegación del Gobierno vasco en París, por medio de Javier de Gortázar. Se realizan a través de la Sociedad Ginesta, que en plena Guerra Civil había servido como tapadera a la red de apoyo a la República española y que ahora se ha convertido en un telón para la actividad del Mossad. Una de las operaciones más espectaculares es la ejecutada por Víctor Gangoitia, delegado del Gobierno de Euskadi para asun­tos de refugiados en el período 1947-1953 (es uno de los hom­bres clave en la repatriación de judíos a Israel en 1949), el capi­tán Esteban Zubiaga Hernandorena de Portugalete, Rafael Inda y Mariano de Lekeito —que ya habían transportado anterior­mente judíos a Palestina—, un tal Txomin de Bermeo y otros treinta vascos de Erandio, Algorta, Lekeito, Bermeo y Somorrostro. Todos ellos constituyen las tripulaciones de los barcos geme­los Pan York y Pan Crescent, que transportan más de mil judíos desde Bulgaria.
(...)
En una ocasión, asustados por el gran número de visados que solicitan ciudadanos israelíes con destino al País Vasco, el Ministerio español de Asuntos Exteriores solicita autorización a la Presidencia del Gobierno, con Calvo Sotelo como presidente, para dar instrucciones a su consulado de Jerusalén para reducir esta riada de viajes «científicos». Las relaciones en materia de seguridad entre el PNV e Israel continuaron después del episodio del envío a Israel y del entre­namiento de comandos nacionalistas vascos en Francia. Una vez al frente del Gobierno vasco los contactos secretos continúan. En 1980 la Consejería del Interior, con Retolaza a su frente, pre­fiere a británicos y a alemanes para adiestrar a los futuros miem­bros de la Ertzaintza, los hombres de Berroci. Sin embargo, a Retolaza sí le interesa utilizar en Euskadi el sistema de transmisiones de las Fuerzas Armadas de Israel.
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